lunes, 13 de abril de 2009

A que Temen Los niños??

El objeto de los temores infantiles es muy variado, pero existen algunos miedos ciertamente universales. Algunos de los que se presentan con mayor incidencia entre los 4 y los 6 años son el miedo a los animales y a los insectos, el miedo a la oscuridad, a los lugares cerrados o a los espacios abiertos, el miedo a los truenos y a las tormentas, el miedo a la muerte o el miedo a los desconocidos.

Algunos de estos miedos, como el de las tormentas o la muerte, pueden ser superados hacia los 6 años y reaparecer más tarde con mayor virulencia. Pero mientras no constituyan un impedimento real para desenvolverse con normalidad, no debes preocuparte. Si alguno de estos temores impide a tu hijo hacer una vida normal debes consultarlo con el pediatra y probablemente con un psicólogo o un pedagogo. Los miedos nocturnos más comunes son:Las pesadillasLas pesadillas son sueños terroríficos que provocan una alteración importante en el niño. Puede que tu hijo te llame a gritos en mitad de la noche porque un lobo le persigue y quiere comérselo. Cuando acudas a su lado podrá relatarte su sueño o partes de él. Lo habrá vivido como algo real y se sentirá realmente asustado. Si estos sueños son muy frecuentes debes intentar buscar una posible relación con algún factor externo que los provoque. Probablemente estén relacionadas con algún acontecimiento como el inicio de la escuela, el cambio de domicilio, la llegada de un hermanito... Hablando sobre el problema y dándole un punto de vista positivo podrás ayudarle a superar el motivo de ansiedad y probablemente desaparezcan o se reduzcan significativamente las pesadillas. Evitar la excitación excesiva en la última mitad de la tarde suele ayudar a tener un sueño más tranquilo y relajado. También es bueno ceñirse a un horario habitual y bien organizado. Los terrores nocturnos Al contrario que las pesadillas, los terrores nocturnos no se recuerdan y no se pueden relacionar con ningún miedo concreto. Son episodios de gran agitación en los que el niño puede llegar incluso a correr despavorido por toda la casa sin darse cuenta de que lo está haciendo. Aunque no está totalmente demostrado se cree que tienen relación con una etapa inmadura del sueño en la que se da cierta dificultad para pasar del sueño profundo al sueño ligero. Si tu hijo sufre terrores nocturnos verás que es muy difícil despertarle, pero en cuanto comienza a tomar conciencia de dónde está se tranquiliza y vuelve a dormirse sin ningún temor. Ala mañana siguiente no recordará nada. Los terrores nocturnos son menos habituales que las pesadillas pero igualmente normales. No debes preocuparte si te ves en una situación parecida. Solo algunos casos extraordinariamente persistentes y numerosos pueden estar relacionados con ciertas alteraciones neurológicas. Si es así debes comentarlo con el pediatra para que él valore la situación.

Tomado de:
Redacción Mujer
19/10/2007

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