miércoles, 4 de febrero de 2009

LA CULTURA TAINA

QUINTA PARTE

El juego de pelota

Cinturón monolítico
De mármol
Los indios de la Española, Puerto Rico y las demás Antillas fueron muy aficionados al juego de la pelota, utilizando para ello una pelota de goma posiblemente extraída del copey (Clusia rosea), la cual sorprendió a los españoles quienes desconocían la existencia de la goma.
En el juego participaban dos equipos de indeterminado número de jugdores que trataban de mantener la pelota en el aire, golpeándola tan sólo con las caderas, los codos, los hombros y con la cabeza, sin poder emplear las manos para darle, precisándose gran agilidad y destreza por parte de los jugadores, ya fuesen estos hombres o mujeres.
El lugar donde se jugaba recibió el nombre de batey, consistiendo en una cancha generalmente de forma rectángular, cuyos linderos podían estar demarcados por una hilera o calzada de piedra, teniendo algunos de estos peñazcos petrogliflos o figuras labradas con representaciones de cemíes u otras imágenes tutelares.
El areíto
Una ceremonia ritual de suma importancia para el taíno lo constituía el areito, que era una expresión musical de cantos y danzas, complementada con recitaciones de hechos y hazañas ocurridas en tiempos antepasados. El areito se considera el signo más avanzado dentro de todas las expresiones culturales del pueblo taíno. Por lo regular lo practicaban en plazas ceremoniales que los españoles llamaron "corrales" y era dirigido por una persona principal. (Vea Centro Ceremonial Indigena de Tibes, Ponce, Puerto Rico.)
El areito servía para expresar la unidad tribal y educar a los jóvenes y niños en las tradiciones familiares y de la sociedad. Tenían significados muy variados, por lo cual un areito podía ser amoroso, doliente, de guerra, plañidero y de carácter místicoreligioso. En otras palabras, los areitos solemnizaban ritos, aniversarios, celebraciones de bodas, ascensión de caciques, las cosechas y las victorias guerreras. Cantos bailados y fraseados coralmente iban acompañados por instrumentos musicales fabricados de madera fuerte y hueca.
Como instrumentos musicales utilizaban maracas de madera o de higüero (Crecentia cujete), el mayohabao o tambor confeccionado de un tronco ahuecado que colocado en el suelo se golpeaba con un mazo, además de fotutos o trompetas de caracol, ocarinas de barro y flautas de caña o hueso.
A estos cantos y bailes acudían los hombres y mujeres, pintándose el cuerpo con tintes rojos, blancos y negros, adornándose, también, con sartas de caracoles y semillas que hacían las veces de sonajas, cuya sonoridad ayudaba a mantener el ritmo a los danzantes. Al mismo tiempo tomaban ciertos brebajes embriagantes.
Prácticas funerarias
En lo relativo a la muerte, no existía una unidad ritual, por lo cual las ceremonias funerarias respondían a diferentes formas. Lo único que unificaba los ritos y ceremonias de enterramiento era la creencia en un mundo supraterrenal o de ultratumba, por lo que los muertos eran enterrados con sus pertenencias esenciales para que en el más allá reconciliaran la vida personal con la vida material.
Si quien moría era un cacique se acostumbraba, en algunas regiones, a enterrar viva, junto a él, a su esposa preferida, denominándose a la mujer que padecía tal sacrificio Athebeane Nequen.
El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo narra que, después de muerto, al cacique lo fijaban con unas vendas de algodón tejidas, le ponían sus joyas preferidas y lo sepultaban sentado en un duho dentro de una bóveda de palos y sus indias e indios recitaban en los areitos las obras más sobresalientes de su vida.

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